Hace poco fue mi cumpleaños, y entre todas las felicitaciones que recibí, destacaron dos:
-La foto que encabeza este post (gracias Marisa de La Buena)
-Y esta que copio y pego a continuación:
"Desde Club Sumisión queremos desearte Feliz Cumpleaños! Esperamos que este día lo pases genial con tus amigos y familiares. Saludos."
Sí, no era la típica felicitación de El Corte Inglés (por cierto, también me felicitó) sino la de un club de BDSM... Pega más que te deseen que lo celebres con una buena sesión con tu am@ o algo similar, ¿no?.
Esto me hizo pensar en que pese a la imagen que se tiene del BDSM como algo sórdido, que practica gente rara a la que le gusta que le peguen o hacerlo (etc, etc....) es algo muy normal y extendido, que disfrutan personas normales, con familia, amigos, trabajo...
Ya está bien de tópicos sobre el tema: en general, los que practican el BDSM ni son pervertidos ni personas con baja autoestima; el lema del BDSM es el que da título a este texto: una relación BDSM sana siempre debe ser consensuada y segura, hay límites, no vale todo. Es un juego con reglas, un sumiso o un exclavo no se dejan hacer de todo y un buen amo debe respetar esas normas para que la relación funcione.
Ante todo hay confianza, algo que falta en muchas parejas o relaciones denominadas "normales".
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